Nuestra Iglesia
La iglesia “Ministerio Cristiano Tiempo de Dios”, nació como iglesia local el 29 de Octubre de 2017,
siendo evangélica y pentecostal. Esta iglesia se abrió por iniciativa de Dios, y viendo la necesidad que
había en las personas de Dios, fuimos impulsados por el Espíritu a iniciar esta Obra para restaurar y
discipular a los creyentes. Y pasando el tiempo, se iban uniendo más gente y personas que entregaban sus vidas al Señor. Al poco tiempo de fundar esta obra, nos inscribimos en el Ministerio de Justicia como
iglesia y esta, a su vez, reconocieron a los pastores como Ministros del Señor. Pasó otro poco más de
tiempo, y la iglesia pasó a formar parte y membresía de FEREDE.
Se inició con la idea y la disposición de trabajar fielmente para la Obra del Señor, sabiendo, creyendo y
entendiendo que, Dios está interesado en cada uno de nosotros individualmente y que Su amor va más allá de un mero interés, a un trabajo constante y activo… hasta milagroso… en las vidas de aquellos que
deciden confiar en Él.
Viviendo en un mundo tan lleno de dudas, desilusiones, temores y preguntas, sabemos que existen
soluciones reales a problemas reales. Por esto, siempre ha sido nuestro interés en invitar a la gente a que
pueda descubrir estas respuestas halladas en las verdades fundamentales de la Biblia y establecer una
relación profunda y personal con Dios.
Nuestro más sincero interés esta dedicado a la Biblia y su estudio, y por eso nuestra visión es 100% hacia
dentro, formando y entrenando a discípulos para la Obra del Señor, y 100% hacia fuera, intentando
siempre ayudar al prójimo, a unos mediante la ayuda social ofreciendo soluciones físicas, pero para todos,
ofrecer la solución más grande para el gran problema y que abunda en esta sociedad, el problema
espiritual. Esta pasión nace directamente del corazón de Dios reflejando su interés por aquellos que ya le
conocen y por los que aún no lo han hecho. Nuestra misión es que todos sean pastoreados y que ninguno se pierda.
Nuestro deseo común es CONOCER a JESÚS y crecer a SU imagen a través del Espíritu Santo y la
Palabra de Dios.